Por Ricardo Díaz Cortés
Gobernador Región de Antofagasta.
Cuando Aristóteles define en la Ética a Nicómaco lo que significa ser virtuoso, establece la premisa del justo medio. Parafraseando al sabio de Grecia, la virtud se define por la distancia correcta entre los extremos, un actuar guiado por la templanza, la fortaleza y la prudencia que permite actuar con sentido de justicia en cada situación.
Esta definición es muy certera, puesto que en general, la vida cotidiana no se mueve entre blanco y negros, sino más bien en un arcoiris de colores múltiples y diversos. No hay persona ni institución que no haya cometido errores o que no tenga aciertos. En el mismo Gobierno Regional hemos tenido ambos, hecho que se refleja en las gestiones para lograr el saldo inicial de caja o ser unidades ejecutoras por un lado, o en los ajustes anunciados esta semana para trabajar en las dificultades presentadas en este 2022. La diferencia de nuestro GORE es que siempre vamos rindiendo cuenta pública y por lo mismo, aprendemos de nuestros errores y enmendamos el camino, lo que nos ha permitido tener avances significativos en temas relevantes para nuestra región.
Sin embargo, no se aprecia ese sentido de aprendizaje o de camino virtuoso en el quehacer político. Al parecer la política tiende a transitar por extremos que impiden reconocer los matices que existen. La conversación política continúa en lógicas duales, entre vencedores y vencidos luego del plebiscito, entre ganadores y perdedores en las disputas que vemos en la política nacional como está pasando con el nombramiento del nuevo fiscal nacional, un imperativo para inyectar energía y ritmo al ministerio público para investigar los graves delitos presentes diariamente en la vida de barrios y comunas, por lo mismo la gente no lo entiende y observa indignada el espectáculo que este tema tan central ha causado.
Quiero poner un ejemplo cotidiano. Suelo participar en varios grupos de Whatsapp que me permiten muchas veces acoger inquietudes. Uno de ellos es el que sostengo con algunas pymes del centro de Antofagasta. En lo que se refiere a nuestra batalla por un centro ordenado vamos bien, pero en lo que refiere a opiniones políticas, allí participan algunos ex candidatos de derecha que insisten en encontrar todo malo y publicar continuamente críticas a todo lo que se haga. No dudo que estén en su derecho y es necesario que lo hagan, ¿pero que todo esté malo? Lo mismo me ocurre en otro chat de gente cercana que todo lo valora ¿Todo está bien?.
El justo medio apunta a reconocer lo correcto y lo incorrecto, y enmendar lo que se puede mejorar, pero esto implica alejarse de los extremos. Necesitamos una región activa y en marcha, para eso es imperante alejarse de esas miradas miopes que obedecen solo al cálculo político, incapaces de reconocer las buenas ideas del otro, especialmente de lo consideran adversario político. La crítica que ayuda a corregir lo erróneo es necesaria, y por supuesto, también las propuestas que nutren el debate público. En más de 17 meses de gestión no he recibido solicitud de audiencia de ninguna directiva de partido o movimiento político de oposición, solo he leído de sus líderes críticas y una visión obstruccionista de hacer política, que nada ayuda a la región. No se dejen engañar, nada es demasiado malo ni demasiado bueno y nadie se ha vuelto más bueno descalificando a otros.
Nuestra región requiere del aporte de todos, de los de un lado y de los del otro, la política precisa de discusión, contraposición de visiones y propuestas, pero, lo que esperan las familias en la región, es que sea con el sentido prospectivo de levantar este territorio de donde está. Necesitamos más seguridad, más empleo, más acceso a derechos básicos, invertir en un futuro diverso de oportunidades, y eso se logra con el concurso de todos, lo estamos haciendo, ya podemos notar los avances. Esa llamada al trabajo conjunto, en donde nadie sobra, es mi convicción y este 2023 seguiré insistiendo en ello. Gobernar desde el justo medio de Aristóteles es la orientación que se necesita para el ejercicio del servicio público, pues la crítica vacía, por más que sea poética y venga llena de intelectualidad, vacía queda. Mi deseo para este nuevo año: más propuestas, menos polémicas, ya pusimos la región en marcha, ahora a sumar.
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