·La Asociación de Guías Turísticos de María Elena, asesorados por la Fundación Rondó y en alianza estratégica con Enel, diseñaron dos circuitos turísticos para revivir la historia sobre el esplendor de la época del salitre. La iniciativa cuenta con el Sello Q., de calidad turística de Sernatur.
Revivir la historia de las salitreras durante su mayor apogeo, para que la comunidad conozca el período dorado del norte de Chile, es el proyecto que desarrolló la Asociación de Guías Turísticos de María Elena, apoyados por Enel y la Fundación Rondó.
La iniciativa, que fue diseñada durante seis meses y cuyos guías cuentan con el sello “Q” de calidad turística por el Sernatur, permitirá a los visitantes conocer la única oficina salitrera en pleno funcionamiento del país que conserva en sus edificaciones, calles y alrededores el recuerdo del máximo esplendor del norte del país, conocido como la Época del Salitre.
“María Elena tiene un potencial turístico enorme por su patrimonio cultural ligado a la historia del salitre que es muy atractivo y está poco difundido”, asegura Víctor Loyola, uno de los miembros de la Asociación de Guías Turísticos de María Elena.
La ruta, consiste en un recorrido por Río Loa con énfasis en la observación de flora y fauna, especialmente en la diversidad de especies de aves que hay en la zona. Luego, la visita continúa en bicicleta por la ex Oficina Salitrera Francisco Vergara y el casco histórico de María Elena, pasando por el Museo del Salitre. Para finalizar, los visitantes recorren el vagón del tren del salitre abandonado, en medio del desierto pampino, en cual es considerado como un lugar único para observar estrellas.
“Habíamos hecho guías a la ex Oficina Salitrera de Pedro de Valdivia, visitas de colegios y yo participaba ahí. Eran guiados informales. Esta fue una oportunidad que estábamos buscando como Asociación, hace mucho tiempo. Teníamos todas las ganas para realizar los guiados. Cuando se dio la posibilidad de poder certificarnos fue muy importante. No lo dudamos, además siempre fuimos partícipes en todo el proceso. Nos trajeron ideas de fuera, nos escucharon y junto a Rondó perfeccionamos las rutas”, cuenta Carla Araya Sanchez, quien nació en la Ex Oficina Salitrera Victoria, ubicada en la región de Tarapacá.
“Nuestra idea es trabajar desde los territorios, escucharlos y armar así la propuesta de valor que más sentido les entregue. La de María Elena fue una experiencia enriquecedora donde pudimos desarrollar todo un trabajo que fue desde el diseño de las rutas, el perfeccionamiento que incluyó desde cursos de primeros auxilios, valoración de patrimonio hasta gobernanza interna de su institución”, comentó Macarena González, de Fundación Rondó.
“Enel está desarrollando dos proyectos de plantas fotovoltaicas cercanas a María Elena, nos convertimos así en vecinos de esta comunidad. En estos casos, como política de sostenibilidad siempre elaboramos un plan de valor compartido para trabajar con las comunidades. Fue en este contexto que nos enteramos de esta iniciativa turística y nos sumamos apoyando en acciones que entregara las habilidades necesarias a estas personas para poner en valor el territorio. Nos reunimos con ellos, junto a la Fundación Rondó, para saber qué necesitaban, y ellos tenían bastante claro qué era: profesionalizar lo que hacían”, comenta Carmen Gloria de la Barra, especialista senior de sostenibilidad de Enel.
El circuito no solo es una remembranza del valor histórico para el norte de nuestro país, sino que también habla del sacrificio y de un inusitado esplendor producto de la riqueza salitrera. Historias y anécdotas que muy bien conocen y que quieren contar los guías turísticos de este proyecto: Víctor Loyola, Brayhan Milla, Abigail Ferreira, Christian Morales, Carla Araya, Songel Aracena y Gustavo Araya.
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